Si hubiera que destacar un ámbito que consideramos sumamente importante, este sería la relación del Centro con las familias de nuestros alumnos. Un análisis sencillo resaltaría una presencia bastante escasa de los padres. Sin embargo, sería injusto no hacer mención a que también (como se ha explicado con anterioridad) los padres y madres han cambiado su actitud en estos meses, volviéndose más receptivos con la idea, aportando opiniones, dudas, inquietudes, alguna que otra posible solución, etc. Nos hemos reunido con ellas en varias ocasiones y también acudieron a la sensibilización. Para publicitar dicho curso de sensibilización, entregamos a cada uno de los alumnos y alumnas de nuestro centro una cuartilla solicitando su asistencia. Hicimos un modelo en castellano y luego lo tradujimos a varios idiomas (árabe, búlgaro, ruso y rumano) para entregarlo personalmente al alumnado inmigrante.
Más adelante, justo cuando estaba terminando la fase de sensibilización, elaboramos unos carteles con la intención de colgarlos por todo el barrio y así hacer una mayor publicidad de la asamblea general que debía celebrarse durante la semana siguiente. Este cartel era en castellano pero en un espacio del cartel aparecía en árabe (la lengua de nuestra población inmigrante mayoritaria), aclarando además que para dicha asamblea contaríamos con la colaboración de un traductor árabe. También se hicieron cuartillas para dejarlas en los buzones del barrio, se entregaron hojas a los niños, se publicitó en la radio local…
Las previsiones más optimistas hablaban de que asistirían como máximo unas 40 ó 50 personas, y lo cierto es que aparecieron alrededor de 170 padres y madres de alumnos, que dieron su apoyo al proyecto POR UNANIMIDAD.
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