¿Cuál es el principio inspirador de toda la ética-pedagógica de la inclusividad o la cooperación entre iguales? Sin duda alguna la libertad. La libertad informa todos y cada uno de los planteamientos pedagógicos que llevamos a cabo aquellos que creemos en un sistema educativo que forma personas críticas, capaces de pensar y llegar a conclusiones propias, personas que no solo saben poner límite a las injusticias de todo tipo, sino que son capaces de ofrecer alternativas justas.
La libertad, en el diccionario de la Real Academia significa, en su primera acepción, “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”. En nuestro sistema ético-pedagógico viene a suponer lo mismo. Desde que tenemos uso de razón somos libres, y la libertad nos llevará a actuar de un modo responsable. No es posible la libertad sin la responsabilidad, por tanto.
Así encontramos que en ese sistema educativo que queremos la responsabilidad de cada uno de sus miembros es fundamental para poder alcanzar el éxito: el máximo desarrollo personal y social posible. Una persona es responsable cuando se pone límites, cuando actúa de un modo consecuente, lo es en el momento en el que adquiere la plena conciencia de que sus actos acarrean unas consecuencias, y que el resultado de sus hechos puede que afecte a otras personas. Muchas de las acciones que efectuamos pueden proporcionarnos una satisfacción muy profunda pero ser nocivas en extremo para el colectivo social en conjunto o para uno de sus componentes. Por tanto, si la libertad nos lleva directamente al ejercicio de la responsabilidad, esta última conduce sin más remedio a la disciplina.
Efectivamente, una persona disciplinada es aquella que conoce los efectos nocivos para otros de algunos de sus actos y, en consecuencia no los realiza. Antes de actuar piensa, evalúa las consecuencias de su acciones, y toma una decisión no pensando en si mismo y sus intereses, sino en el grupo. En todos y cada uno de los miembros del grupo.
Cuando se es disciplinado en esta forma hemos recorrido el camino hacia la solidaridad, en tanto que reconozco a cada integrante del colectivo como mi igual, descubro que me debo a los demás y que desarrollo mi personalidad y capacidades de un modo social, abierto y no egoísta, pensado que el beneficio de los otros, es el mío propio. No implica por consiguiente este principio de solidaridad la perdida de la personalidad. Por el contrario la potencia. Conozco al colectivo y sus integrantes, veo sus diferencias, ayudo a los que tienen dificultades para que lleguen al máximo. La solidaridad es la base de la atención a la diversidad. La solidaridad no es caritativa, lo que implicaría ayudar a otros que considero o que son efectivamente inferiores por un sentimiento de remordimiento o lástima provocado por mi superioridad.
Impregnar el proceso de enseñanza-aprendizaje basándonos en estos principios nos llevará a desarrollar dicho proceso en un clima de confianza: en las posibilidades de nuestro alumnado, en la colaboración efectiva de las familias, en que la principal meta es aprender. Todo esto nos conducirá a un cambio en el modelo de escuela. A una escuela que se involucra con su entorno y lo socializa. Nos pondrán ante el éxito social.
La libertad verdadera es el más complicado sistema social que existe, ya que implica que se den todos lo demás principios éticos que informa. La sociedad de la libertad supera a la democracia actual con creces en cuando a modelo de organización de la sociedad.
La democracia que nos rige ha trastocado el concepto de libertad anulando todos los demás principios que son imprescindibles para ser libres. Ejercemos por lo general una libertad irresponsable, lo que nos hace plantearnos todos nuestros actos como gratuitos, sin consecuencias. Vivimos en la sociedad del libertinaje que se ha creado una idea falaz de la libertad. Hago cuanto quiero y solo tienen castigo mis actos si soy atrapado por la “autoridad” cometiendo una infracción contra las normas. Esta libertad falsa solo puede tener un resultado: la esclavitud adormecida en la que ha caído nuestra masa social, la visión de la vida como algo inmutable, como un hecho sobre el que no hay que hacerse ninguna consideración ya que así fue siempre. Somos los perfectos esclavos, debido principalmente a que creemos no serlo. Vivimos en la ilusión de la libertad ya que hacemos lo que nos da la gana y rara vez “nos pillan”.
Las aulas son un reflejo fiel de esta realidad. Los docentes, en muchos casos, hemos sucumbido al planteamiento general de nuestra sociedad: somos la autoridad, ponemos las normas y hacemos de policía imponiendo el cumplimiento de esas leyes. El alumnado hace lo propio: lo que deseo, cuando lo quiero y como me place.
Si consideramos que el vicio del libertinaje se ha adquirido desde la más tierna infancia cambiar ese cómodo y egoísta principio por otro de libertad -incómodo, trabajoso, que requiere mi esfuerzo- supone un problema tremendo que requiere toda la fuerza que pueda desplegar cada uno de los integrantes de la comunidad docente de cada centro. Aquí otro problema, los docentes no somos ajenos a la sociedad y compartimos sus valores en un número preocupante.
Como propuesta, para implantar una enseñaza basada en la libertad –no podemos pensar en “intentarlo”, ya que fracasaríamos, hay que hacerlo- podemos comenzar por una pequeña “guerra de guerrillas”, atacando a las normas del centro. No para eliminarlas, claro que no, sino para que emanen de toda la comunidad educativa, incluso –y sobre todo- del alumnado. Si usted es tutor puede hacerlo en su tutoría. Si es equipo directivo en todo el centro. Si por casualidad es el Ministro de Educación ¡haga algo hombre!
Temáticas
En "ver todos", muchas más lecturas y los párrafos que destacamos
Entradas populares
-
Grupo Utopía y Educación “La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento” Un niño Por Helen Buckley Una vez un niño fue a l...
-
“Las actuales sociedades multiculturales quedan expuestas a una encrucijada: reconstruyen nuevas formas de vivir juntos (Touraine) en bas...
-
La Real Academia Española de la Lengua nos dice que “utopía” es un plan o proyecto optimista que aparece como irrealizable en el momento de ...
-
Las tertulias dialógicas suponen la aplicación de los principios del aprendizaje dialógico en relación a la literatura, la música… o inclu...
-
En esta sección irán apareciendo distitas presentaciones en Powerpoint sobre temas educativos. Por el momento, todos ellos han sido seleccio...
-
“En educación Secundaria, los grupos interactivos pretenden, entre otros objetivos, disminuir la competitividad y generar solidaridad, y a...
-
Web Oficial de Comunidades de Aprendizaje Antecedentes de Comunidades de Aprendizaje Orígenes de Comunidades de Aprendizaje Definición de Co...
-
¿Cuál es el principio inspirador de toda la ética-pedagógica de la inclusividad o la cooperación entre iguales? Sin duda alguna la libertad....
-
Ángel Caminero, de Utopía y Educación, envía este texto genial, que probablemente va a cambiar nuestra visión sobre algunas de las cosas que...
3 comentarios - Click aquí para comentar :
Me encanta tu artículo sobre la libertad que tú vives tan intensamente cada día al ser profesor de Educación Secundaria y tener inquietudes sociales
En Primaria no tenemos tantos problemas.
Pero trabajar con adolescentes es hoy bastante complicado.
¿Por qué por ejemplo, han perdido el interés por saber, aprender, por ser..?
¿Por qué dicen que no les interesa saber nada de Lengua, Filosofía, Historia… pero si ser futbolistas, modelos, cantantes, de Gran Hermano…?
¿Por qué esa rebeldía inútil y tan poco constructiva?
¿Por qué esa estéril apatía, el comportamiento grosero e insolidario?
Y precisamente en la adolescencia donde se descubren los valores y se orienta uno en el mundo. No me cuadra.
Yo hace tiempo que lo tengo claro. Hay algo que nos impide ser libres, decidir por nosotros mismos: LA ALIENACIÓN.
Sabemos que los Sistemas Educativos, lo que pretenden es adaptar a los futuros ciudadanos a sus sociedades concretas. ¿Cómo van a ir a contracorriente?
Pero ¿Qué sociedad es la que tenemos?
Solo unas pinceladas porque un análisis serio ocuparía mucho espacio.
- Una democracia representativa. Se pretende que votemos cada 4 años y nos olvidemos de lo que prometen.
- Una Sociedad de consumo. Hacer buenos consumidores pasivos, para que este sistema insostenible, no deje de funcionar, aunque nos conduzca al abismo.
- ¿Para qué vamos a preparar para la participación si ni siquiera nuestros Gobiernos deciden ante el nuevo Sistema Económico Internacional? (Ver crisis actual y cómo se está solucionando)
- Un mundo incierto sin salidas en el mundo laboral, con miedos al futuro y donde se predica desde todos los campos el fatalismo social para que estemos asustados y no nos movamos.
- El control y manejo de gran parte de los medios de comunicación que lo que buscan es la desinformación. Tele basura.
- Y un Sistema Educativo que ya como ocurría en nuestros tiempos de estudiantes no es garantía de ascenso social, de desclasamiento.
Con un mundo así y tales perspectivas, ¿pueden estar muy ilusionado nuestro alumnado de Secundaria y en especial el de los estratos más bajos de nuestra sociedad condenados al fracaso desde el principio? ¿Van a soportar tanto esfuerzo como exige estudiar una carrera? Pero ¿Pueden hacerlo? Y si lo hacen ¿Para qué?
Si preparáramos como decía Erich Fromm para SER en vez de para TENER aun cabría la esperanza…
Nuestro modelo, Los Estados Unidos de América, como denuncia Noam Chomsky, ya se dieron cuenta a partir de los años setenta. Si seguían procesos educativos a la John Dewey donde el alumnado aprende a pensar iban a tener una oposición constante como había ocurrido con la Guerra del Vietnam y todos los movimientos juveniles de los años sesenta con toma de las universidades etc. Había por tanto que cambiar el modelo educativo por otro reproductivo donde no tuviera lugar la democracia ni la participación. Y está claro que lo han conseguido. Y está también claro que nos han impuesto el modelo a Europa a pesar de los lenguajes progresistas que enmascaran la realidad.
A mi me encanta cuando como romántico que eres dices que nos rebelemos. Eso, seamos adolescentes como tú y rebelémonos.
Pero de arriba no esperes mucho, entre otras cosas porque no solo no tienen ni idea, sino que tampoco cuentan con nosotros y nosotras.
Y el caso es que no es tan difícil. Con una simple técnica practicada por los pedagogos de la Escuela Nueva podríamos revolucionar el sistema: LA ASAMBLEA.
Demos la palabra a nuestros alumnos y alumnas aunque solo sea una hora a la semana. Dejemos sin miedo que ejerzan la libertad, que tengan algún poder, oigámoslos porque es la única forma de poder actuar...
Establezcamos también la Asamblea quincenal de delegados del centro donde participen todos los cursos, se decida, se debata, se analice, se hagan propuestas, compromisos, se repartan responsabilidades… y veremos como en poco tiempo algo empieza a cambiar. ¿Nos atrevemos?
Un abrazo.
ME ENCANTO ESTA PAGINA , Y SOY DE ARGENTINA, SOY UNA PROFESORA BUSCADORA, AL MEJOR ESTILO DE FREIRE,ME PARECE TAN ATINADO EL COMENTARIO DE EMILIANO.
No había visto la entrada en el blog de Utopía, por tanto no habóia podido agradecer vuestras palabras, compañero y compañera. Espero que podamos vernos este verano en ese encuentro de León!!!
Publicar un comentario